Pues este verano hemos regresado a Chamonix, al maravilloso macizo del Mont Blanc, a la cuna del alpinismo. El año pasado subimos a su cima, pero nos dejó un sabor de boca un tanto agridulce... por eso volvíamos en esta ocasión con un proyecto más atractivo en lo que a la escalada se refiere; la Walker a las Grandes Jorasses.
Llegamos al valle y la meteo no era la mejor para nuestra empresa (ni lo había sido durante los días anteriores). Aún así, rápidamente nos juntamos un grupito de unos cuantos trepas (desde aquí quiero mandar un abrazo muy grande a Iñaki, Álvaro, Mario, Ibai, Iñigo y toda la peña con las que anduvimos por esas bellas tierras). Pronto empezamos a hacer planes. Estuvimos varios días haciendo deportiva por la zona esperando a ver si las condiciones mejoraban. Casi siempre amanecía radiante el día, pero a eso de las 5 de la tarde se cerraba por completo y las fuertes tormentas empezaban a tirar agua a raudales, empapando todas las paredes y vías de escalada. No obstante y contra todo pronóstico, Koldo y yo decidimos preparar las mochilas y subir a las Jorasses. Todo el mundo nos había dicho que la Walker no estaba escalable, y que a partir de 3600 íbamos a encontrarnos todos los largos en mixto. Nos pueden las ganas y la motivación y tiramos para arriba, además se pasan los días y vemos que nos vamos a volver a Bilbo de vacío si no. Mientras vamos aproximando ya vemos como las nubes vuelven a hacer de las suyas, y nada más abandonar los hielos de la Mer de Glace y adentrarnos en el glaciar de Leschaux empiezan las primeras gotas.
- Koldo vamos a buscar un sitio donde meternos ya porque esto es una tormenta de las gordas...
Efectivamente, divisamos una zona de grandes bloques en mitad del glaciar y rápidamente y ya bajo una fuerte lluvia conseguimos llegar corriendo para resguardarnos. La verdad que no estuvo mucho rato lloviendo, unas 2h o así, pero lo suficiente para mojarnos la vía, aún más si cabe. Menos mal que llevamos un plan B en la chistera por si acaso; la Anouk, una estética línea de 750m de escalada granítica en las Petit Jorasses.
Nuestro vivac en un entorno privilegiado
Posando con las Petit Jorasses al fondo
Preparando el terreno para dormir
Dent du Requin
Probando el granito y la adherencia de las botas
Al día siguiente retomamos la marcha hacia nuestro objetivo, ahora bien, ya con la mirada más puesta en la Anouk que en la Walker (aún así todavía hubo un último momento de duda y de calentón a los pies del espolón... ¡vamos, que subimos por ahí sí o sí!).
Koldo aproximando por el glaciar de Leschaux
Petit y Grandes Jorasses
Ya asoma la montaña
Nada, al final nos dirigimos a las hermanas pequeñas de las Jorasses y nuestra sorpresa llegó al ver que la vía que habíamos elegido se encontraba igual igual de empapada; de arriba a abajo. Mierda. ¿Qué hacemos ahora? Vámonos, vamos a bajarnos a Chamonix y buscamos croquis de algún otro sitio, vías que se puedan hacer en una sola jornada para regresar antes de la tormenta. Y si no nos piramos, a los Ecrins, a Marsella o a donde te de la gana... pues nada vuelta sobre nuestros pasos.
Maravillosa panorámica con las agujas de Envers, brutal
Koldo regresando
Ya en la Mer de Glace nos detenemos a recapacitar:
- Hostia tío, vamos a arriesgarnos, vamos a pasar una noche más aquí que si hoy no llueve en todo el día, esto se seca y mañana hacemos la Anouk.
A regañadientes arrastro a Koldo de nuevo a la nevera en la que hemos dormido. Comemos algo y parece que aguanta... ilusos... A las 7 de la tarde; tormentón, de nuevo refugiados como podemos bajo el bloque y ya mitad enfadados/mitad decepcionados.
- Venga arriba esos ánimos, que estamos aquí en un lugar privilegiado, vivaqueando en un paraíso tío, vamos a disfrutar. Mañana nos bajamos y ya vemos qué es lo que hacemos.
Foto de la derrota
Lo dicho, con las primeras luces del día abandonamos nuestro bloque en el glaciar y vamos a Montevers y desde ahí bajamos hasta Chamonix. Nos encontramos con Iñaki y nos dice que Álvaro y él han podido hacer el Frendo, que no está mojada y que el hielo a pesar de estar tallado es muy bueno. Ale, ya tenemos plan. Hemos visto que jueves y viernes tenemos ventana de dos días así que allá vamos.
Croquis del Frendo
Otro día más de deportiva y el jueves después de comer y bajo una solana justiciera emprendemos la marcha hacia la primera estación del teléferico, a Plan de l'Aguille. Vaya pateo. Menos mal que hemos venido con las zapatillas de correr y la bota en la mochila.
Empieza el pateo
La idea era estar prontito arriba para poder ver la pared y divisar la entrada a la vía, ya que vamos a empezar de madrugada y no tenemos muy claro por donde discurre la línea. Cogemos agua, cenamos prontito y como está el día cerradísimo y las nubes no se van de la norte de la Aiguille du Midi y no se ve nada pues nos metemos al saco relativamente temprano.
A las 2 de la mañana suena el despertador. Desayunamos sin salir del saco y unos 45min después, tras preparar los macutos comenzamos la aproximación hasta la base de lo que creemos que puede ser el espolón. A las 4 estamos ya metidos en faena, subiendo por una pala de nieve a unos 50º más o menos hasta pillar una vira para ir girando poco a poco a la izquierda. Cambiamos a la roca. Trepamos por una serie de III hasta que diviso un clavo con un largo cordino, de unos 2m. Por aquí será, pensé, esto tiene que estar aquí para acerar. Error, embarcada de las buenas. Tiro el largo a tope de cuerda y tras chapar otro clavito roñoso me doy un paso que no bajaba de 6b, mala señal. Monto reunión en una fisura y cojo a Koldo. La hemos liado, rapelamos de un cordino viejo otra vez hasta abajo y ya retomamos el camino correcto. La verdad que esta sección es muy liosa, aunque fácil, hay que andar atento a buscar siempre lo más tumbado y sencillo. Muy laberíntico. En unos tres largos salimos del primer tramo y llegamos a una zona de transición. Seguimos en ensamble a ratos trepando a ratos andando hasta los mejores largos de toda la vía. Un pilar de un granito fisurado alucinante en el que los cacharros entran a muerte. Un largo de V y unos cuantos IV a veces de gran calidad también hasta el final de todo el muro, siempre con tendencia a la izquierda.
En la reunión antes del V
Una vez dejamos el serac de nuestra izquierda bastante bajo ya, vamos buscando el flanqueo a izquierdas hasta ver la arista de nieve por la que tenemos que continuar hasta los largos de hielo de la parte superior.
Paradita para embadurnarnos antes de salir a la nieve
Recién salidos de la roca
Koldo en la arista, preciosa
Yo antes de los largos de hielo
La parte superior no entraña mayor dificultad, palas de nieve y tramos de hielo a 70º casi todo el rato hasta la última tirada que se pone más vertical, a unos 85º, pero como bien digo lo encontramos bastante tallado así que se sube muy muy fácil por ahí, no obstante gozando.
- Koldo ¿te das cuenta que estamos casi a 4000m escalando en hielo en una cara norte en manga corta? JAJAJA
Como se nota que vamos disfrutando y que ya salimos por arriba...
En algo menos de 10 horas terminamos la vía y a eso de las 14h estamos en mitad de todo el follón alpino, en el Valle Blanco, qué maravilla...
Llegada al Valle Blanco
Subimos hasta la estación del teleférico, recogemos todo el material, rehacemos las mochilas y en un alarde de pillería nos colamos en el teleférico que nos baja por la patilla hasta el Plan de l'Aiguille, donde recogemos todo el material de vivac que hemos dejado escondido y desde aquí otros 1300m hasta Chamonix (en zapatillas de correr, ahora sí)
Cara norte de la Aiguille du Midi (esta vez sí se ve)
Preciosa panorámica de las Aiguilles Rouges y Chamonix
Bajando
¿Volvemos a subir?
No es la Walker, pero aún así muy satisfechos con los 1200m de vía del espolón del Frendo, sobretodo por no volver a casa con las manos vacías. ¿Lo mejor? Sin duda subir desde Chamonix hasta la Aiguille du Midi sin usar el teleférico y colarnos a la bajada, por supuesto ;)
En resumen, el viaje a pesar de que no hemos podido realizar el plan A (ni el B...), ha estado de 10. No solamente por haber escalado y disfrutado de la montaña, que es lo que más nos gusta, si no por toda la gente con la que hemos andado y el buen rollo que se respira entre colegas; así da gusto ir de vacaciones. Ya estamos ansiosos por regresar y andamos planeando la próxima visita a los Alpes.
A la vuelta paradita fugaz en Montpellier para comer (devorar) como auténticos muertos de hambre. ¡Brutal la tortilla de patatas, la quiche y el brownie de Olaiz que es una krak!
Birra después de hacer friki
Los pies a remojo después de escalar
A la espera de la tortilla
Chupando WiFi en el McDonalds
TIENDA
Translate
Sígueme en RRSS