En esta ocasión Olaiz y yo hemos venido a pasar el fin de semana a los mallitos de Riglos. El plan era escalar el primer día y dar un pateo el segundo. Como nunca nos hemos caracterizado por hacer cosas sensatas, finalmente la historia ha sido al revés. El sábado se nos pegaron las sábanas y salimos de la furgo bastante tarde. Entre que desayunamos y nos preparamos ya se nos ha ido medio día, con lo que decidimos hacer la ruta circular a los mallos.
Olaiz y yo al inicio de la ruta
Olaiz en Riglos
Vista de la norte del Pisón y el Fire
¡Hielo en el Circo de Verano!
Después de una buena cerveza de los Alpes decidimos cenar en el bar del pueblo, en el que siempre nos han tratado tan bien a los escaladores.
Amanecemos el domingo con el día bastante cubierto, amenaza lluvia pero aun así preparamos el material y nos acercamos a la base de Espolón Adamelo. La temperatura es muy baja y tan solo una única cordada está escalando en todo Riglos. Aun así y con todo empezamos a subir.
Parece que hace frío en los primeros largos...
No entraré en descripciones técnicas de los largos, ya que hay bastante información (y muy buena) en Internet, tan solo comentar que a pesar de que a priori puede ser bastante lioso encontrar el camino correcto (hay muchas vías muy juntas), el espolón sigue los tramos más evidentes y su línea va buscando las debilidades de la pared. Las reuniones que nos vamos a encontrar son a prueba de bombas, parabolts con anillas gigantes, todas ellas rapelables.
Como no podía ser de otra manera, encontraremos un par de panzas rigleras de esas cabronas. La mayor dificultad se concentra en el segundo largo (unos 15m), pero en todo el recorrido nunca vamos a sobrepasar el 6a. Aquí algunas fotillos de la actividad ;)
Selfie desde la segunda reunión
Posando
Olaiz llegando a la R3
Terminamos el espolón y nos vamos a buscar la línea de rápeles de bajada del Pisón
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