A ver... ¿cómo definir lo de este
fin de semana? Motivación, sin duda creo que es la mejor palabra, sí.
Mirando durante toda la semana
condiciones y partes meteorológicos, más o menos quedaba claro que el sábado
iba a haber una ventana de buen tiempo en Gavarnie (viernes nevaba y el sábado
a la tarde/noche volvería a tirar precipitaciones). Por otro lado, el domingo
la meteo nos daría también una breve tregua en la montaña palentina. Parecía
que lo más sensato era hacer algo de deportiva por casa durante el sábado y
después marchar al Valdecebollas para pinchar un poquito de hielo allí el
domingo.
¿Y por qué no nos la jugamos y
vamos a los dos sitios? Vaya locura, pero así fue, decididos a perseguir el
buen tiempo.
A las 2 de la mañana salimos Urko
y yo desde Bilbao y a golpe de Red Bull conducimos en dirección al Pirineo.
Llegamos a Gavarnie y después de un té caliente y unas galletitas preparamos
las mochilas. Con las primeras luces del día nos encontramos a los pies del
primer muro del circo.
Yo llegando a las cascadas
Cierto es que las condiciones del
hielo no eran las mejores: se oía el agua corriendo, había bastante acumulación
de nieve y estuvimos con temperaturas positivas a lo largo de todo el día, pero
aun así conseguimos escalar en la Freezante.
Urko en la entrada a la reunión
Yo en la R de la vira, Il Maestro di Ghiaccio sin formarse
Rapelamos, vuelta al coche a todo
correr, y apurando, pero conseguimos esquivar la tormenta que poco a poco se va
acercando. Primera visita para Urko al circo de Gavarnie que le ha dejado
enamorado.
Llegamos a Bilbao a las 21.00 de
la noche, una cenita rápida y a las 23.00 ya en la cama. A las 4 de la mañana
del domingo vuelve a sonar el despertador. En esta ocasión conducimos en
dirección contraria, nos vamos al Valdecebollas. Jabilis, Olaiz, Jani, Urko y
yo; escalada social.
Tuvimos un buen periplo
para poner las cadenas, pero por fin llegamos al parking. A pesar de que hace
frío, parece que vamos a tener un día inmejorable.
Primera parte del pateo. Llegamos al refugio de Golobar con un mar de nubes precioso
Hay mucha, muuuuchísima gente en las cascadas
de la cara norte del Valdecebollas, con un montón de cuerdas en top-rope esto
parece un rocódromo. Sin embargo hay un bonito pilar con buen hielo en el que
no hay nadie escalando, subo y dejo un par de líneas montadas.
Yo en mitad del pilar
Mucha charleta y cachondeo con el
resto de cordadas, nada que ver con la soledad en la que escalamos ayer en el
circo, pero ambas situaciones molan, para que nos vamos a engañar. Cada una con
su encanto.
Segundo día de hielo para Olaiz
Urko escalando
Jani metiéndole al hielo
Jabilis en la Ola
Jabi y Urko en la reunión, yo abajo
Selfie con Jabilis
Jani escalando, Urko asegurando, Jabi y Olaiz posando y yo haciendo fotos
Después de unos cuantos pegues,
recogemos todo el material y nos volvemos al parking. Unos conguitos para
recuperar fuerzas y vuelta para Bilbao de nuevo.
Foto de equipo, parece que me he quedado enano...
Para acabar el fin de semana Olaiz
y yo acabamos en el hospital de Basurto. Asier me escribió diciendo que Maitane
había tenido una mala caída escalando en el roco y se ha fracturado la tibia y
se ha luxado el codo, así que estuvimos allí un par de horitas de visita, sin
duchar y sin nada, para que no se le olvide el aroma de la montaña. A ver si se
recupera pronto y en nada la tenemos otra vez subiéndose por las paredes, es
una tía dura. Desde aquí un saludo para ella y muchos ánimos. ¡A tope!!
En conclusión, creo que habré
dormido unas 7h en todo el fin de semana, hemos conducido casi 1100km y lo
único que hemos comido han sido unas galletas, unas patatas fritas, conguitos y
cerveza (esto último que no falte nunca, por dios). Aun así feliz, feliz por
poder hacer lo que más me gusta con la gente que quiero y poder disfrutar de
estos lugares mágicos. Definitivamente merece la pena dormir poco.
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