- Oye Pablo, ¿qué vas a hacer este finde?
- Pues me marcho de vacaciones... ¡a Córcega!
- ¿Y el siguiente?
- Mmmmmmmm sigo en Córcega...
- ¿Y el siguiente?
- ¡Jajaja! Pues de momento no tengo ningún plan para dentro de 3 semanas
- ¿Nos vamos a Ansabère a escalar el Spigolo?
Dicho y hecho, fin de semana reservado para Koldo. Después de casi 2 años vuelvo a este bello rincón del Piri en el que la primera incursión que hice en sus paredes terminó en desastre...
Llegamos a Lescun con las últimas luces del día, remontamos la pista hasta el parking y ya de noche tras preparar las mochilas comenzamos la aproximación hacia las cabañas de Ansabère. En unos 45 minutos más o menos llegamos al lugar en el que vamos a dormir. Hace una noche perfecta, de modo que cenamos sentados fuera disfrutando de la luz de la luna llena que nos alumbra el magnífico paraje en el que nos encontramos; todo ello gobernado por la pequeña de las agujas de Ansabère, la que parece las pinzas de un cangrejo, sí.
Al día siguiente después de despertarnos y desperezarnos desayunamos aun metidos en el saco, la verdad que hace fresquito... como ayer dejamos ya ambos arneses listos con todo el material para hoy, en cuanto terminamos nos disponemos a llenar el agua y comenzar la aproximación hasta el pie de vía.
Amanece en Ansabère
Koldo y yo preparados para subir
Koldo camino a las agujas
Cruzamos la pedrera y aquí nos encontramos, en la base de la pared. Subimos trepando por lo que vendrá a ser un III o así hasta llegar a una buena repisa en la que hay un spit que utilizaremos de R0.
Yo en la R0
Ninguno de los dos tenemos predilección por ningún largo en especial; piedra, papel o tijera. Gano yo de modo que... ¡comienza la escalada!
El primer largo aunque fácil (IV) está muy descompuesto y hay mucha roca suelta, por lo que hay que andar con bastante ojo porque puede ser algo peligroso, tanto para el que escala como para el compañero. El largo cuenta con sólo un spit, pero se protege muy bien. Reunión de 2 spits equipados para rapelar en una repisa muy buena.
El segundo largo se trata de un V de 55 metros también rotísimo. Al igual que el anterior, el recorrido va surcando una línea de gradas con mucha roca suelta y grandes bloques que se mueven, de modo que ojo también al escalarlo. Hay dos spits y dos clavos en lo más vertical. Reu de dos parabolts equipados para rapelar también.
Koldo estrangulando buriles con los fisus pequeñitos
Desde esta repisita en la que nos encontramos, si salimos en recto hacia arriba nos meteremos en la Zutopistes, un buen petardo que algún que otro susto ya nos ha traído a Urko y a mi. El Spigolo continua por un diedro que nos queda a la izquierda.
Tercer largo (6c). Un diedro super estético y ligeramente desplomado me hace sudar bastante para lograr encadenarlo a vista. Tan solo hay un clavo viejo al inicio del largo y un spit con un cordino hacia la mitad más o menos. Yo pude meter el alien verde, el friend del 0.75 y el del 1, pero tuve que apretar para poder pasar por ahí en libre. Reunión de dos parabolts nuevamente.
Yo saliendo del diedro
El cuarto largo es un 6b+ que en nuestra opinión quizá sí que esté sobreequipado en la parte inferior, puesto que hay unas fisuras perfectas para emplazar los cacharros, pero entre clavos, parbolts y tacos empotrados el amigo Koldobika no metió ni miedo. Tiene un paso apretoso en la llegada a la R, que se monta sobre dos bolts encima de una laja. Buena peleda le metió aquí el colega también.
El siguiente es el primero de los largos duros (7a+), vaya parabolada que lleva. Empiezo a escalarlo en libre agarrando ñapitas y pisando miserias. Cuando llevo la mitad escalada más o menos (serán unos 15m o así de tirada) ahí va el Koldo:
- ¡Venga Pablo a muerte que te lo llevas!
Pues eso, 5 segundos mas tarde se me escurre un pie y primer vuelo del día... la ley de Murphy, ya se sabe, jajaja. Reunión colgadísima de dos parabolts.
El siguiente es el largo duro (7b) que también lleva una buena cosida para acerar hasta arriba. No obstante a pesar de poder agarrarse a las cintas, en esta ocasión sí que es necesario darse algún paso en libre entre chapa y chapa. Reunión buena en una repisa con dos bolts nuevamente.
Me toca la travesía (6a+) de primero. El Koldo ya me la ha intentado cambiar un par de largos antes, pero nanai de la China... Se trata de una escala cortita con tendencia a la izquierda. La verdad es que no tiene pérdida porque está bien indicada con alguna que otra chapa durante el recorrido.
Yo en la trave
Koldo de segundo las pasó putas...
Selfie de la cordada en la R7
El siguiente es un 6b+ con bastantes chapas durante el recorrido. Tiene un paso bastante apretón justo a un parabolt antes de llegar a la reunión, si no que le pregunten aquí al Koldobika, que de la rozada que le pegaba la cuerda no fue capaz de salir y terminó protagonizando el sartenazo del día, reviramiento y culada contra la pared incluidos... ¡que tío más duro!
- Bájame tío Pablo, bájame.
Con mas miedo que vergüenza después de ver el pedazo de vuelo sin motor que se ha pegado mi compañero le meto al largo. En esta ocasión intento llevar las cuerdas bien chapadas para evitar que me suceda a mi lo mismo, porque bastante tengo ya con el dolor de los gatos que para pegar semejante cañonazo estoy yo...
Para ser 6b+ he de confesar que apreté, apreté de lo lindo para conseguir pasar esa sección.
Koldo en el 6b+
El siguiente largo se supone que es un 6c bastante deportivo, por lo que me motivo y me dispongo a forzar el libre a ver si triunfo como en el de abajo. Pobre iluso... justo, justo, justo en el paso no hay chapa. Queda el espárrago del parabolt, pero no hay chapa. Ni de broma paso yo por ahí saltándome la chapa que protege el paso, y menos ya con la tostada que llevo en los antebrazos... ¡ni de palo! Sacando todo el artifo que tengo, consigo llegar hasta el bolt y estrangularlo con un microfisu, chapo y continuo hasta la R que después de un par de clavos oxidados queda a la derecha. Una pena la verdad, a pesar de estar reventado yo creo que sí que me lo habría podido llevar a vista.
Tan solo nos queda un largo para salir por arriba, pero entre dale tú y dale yo, las cuerdas se nos lían y ahí esta Koldo venga a pegarse con el nudaco gigante que se nos ha formado.
Escalo el décimo largo (V+). Al lorito no meterse por unos parabolts que se ven en un desplome a la derecha, nuestra tirada sale en recto desde la R y después se va un pelín hacía la izquierda, buscando lo fácil (aunque algo roto). Con los gatos ya medio quitados (a modo de chancleta, porque no aguanto el dolor) llego a la R10 que está en la misma cima de la Petite Aiguille D'Ansabère, y una vez más se nos vuelven a liar las cuerdas y le toca a Koldo deshacer todo el jaleo, ¡titán!
La verdad que merece la pena estar aquí, a pesar de lo sufrido, y contemplar esta privilegiada vista. No puedo dejar de mirar el Midi, ¿qué coño tiene esa puta montaña que me atrae tanto? no lo sé, pero tengo que volver allí, cuanto antes, es algo irracional.
Unas fotitos en esta pequeña cumbre:
Koldo y yo a 2271 metros
Selfie arriba del todo
Intento fallido de foto de cumbre...
Desde la misma punta de la aguja, rapelamos de una sola cuerda (también se puede destrepar), dejando el Petretxema a nuestra derecha y de espaldas a Hiru Erregeen Mahaia. En menos de 30 metros llegamos a otra instalación de rápel y ahora sí, con las dos cuerdas bajamos hasta unas repisas en las que ya nos podemos poner cómodamente de pies, sin atar y sin nada.
Por si no estuviéramos bastante fundidos, al ir a recoger las cuerdas, el nudo que une ambas se nos empotra en alguna grieta o fisura y no somos capaces de recuperarla... No me lo puedo creer, voy a tener que remontar todo el rápel para poder desmontarlo... después de un par de latigazos desde abajo, finalmente consigo que muy poco a poco la cuerda corra, y como guinda final del día y gracias a la deshidratada de caballo que llevamos, se me monta el biceps un par de veces tirando de las dichosas cuerdas.
Desde aquí destrepando por las terrazas en dirección al Petretxema y remontando una marcada y rojiza chimenea-canal llegamos al camino que nos bajará de nuevo a las cabañas.
Me sobra ya hasta el arnés
Recogemos todas las mochilas, comemos unos bocadillos y unos frutos secos y tras dejar un recordatorio en el librito que hay en las cabañas (un poquito de publicidad para el blog también... jeje), nos dirigimos de vuelta a Lescun, en el que tras unas cervezas cenamos y nos tiramos a dormir al mismo borde de la carretera; estamos descojonados.
Firma y recuerdo en el libro de piadas
Al día siguiente, nos levantamos con mucha calma y desayunamos en un banco idílico. Vaya vistas. Parece que estamos en la mismísima Suiza; marco insuperable para poner el punto final a una actividad de 10 y a una vía que tenía muchísimas ganas de escalar. Un placer haber compartido este fin de semana con un grande como el señor Koldo.
Vistas desde Lescun
Zumito de piña, azúcar para el cuerpo.
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