POMBIE-SUZON | MIDI D'OSSAU

Después de casi 20 años de pura dedicación a la roca Arizio ha decidido volver a coger los piolets, y qué mejor manera de volver a empezar que embarcarme con él en una super clásica pirenaica: la goulotte Pombie-Suzon del Midi d'Ossau. Una línea maravillosa que todo pirineista debería hacer.

La idea inicial era aproximar desde el parking de Anéou hasta el refugio de Pombie, dormir allí arriba y el sábado ir directos a escalar. Sin embargo llegamos el viernes un poco tarde al Portalet y entre una mezcla de pereza y cansancio decidimos dormir al calor de la furgoneta.

4.30 de la mañana y suena el despertador. Picamos algo rapidito, nos preparamos y comenzamos a aproximar sumidos en una densa niebla. La verdad que no está nada clara la aproximación; la poca huella que hay está casi tapada y las nubes bajas no nos permiten alumbrar más que unos 5-6m. Después de unos cuantos sube/baja, al fin conseguimos llegar al refugio. Nos preparamos, desayunamos un té calentito y partimos hacia la vira clara que marca la entrada en el corredor.

Arizio y yo en la puerta del refugio

La verdad que estamos de suerte. A pesar de que está nevando y hace frío, conseguimos escalar los tramos de roca muy rápido y a muy buen ritmo. Después enfilamos toda la campa de nieve hasta el estrechamiento en el que empiezan las mayores dificultades de la vía.

A groso modo, una vez metidos en la angosta goulotte se supone que hay que superar tres resaltes entre 85º-90º. Nosotros pillamos la nieve muy muy dura y pudimos realizar todos los pasos sobre piolet tracción, a excepción del último resalte en el que sí que nos tocó darnos alguna que otra sección en mixto. Una auténtica maravilla. No sabría decir cuantos largos de cuerda tuvimos que realizar. Muchos tramos los hicimos apurando las cuerdas y nos tocaba salir varios metros en ensamble. En cuanto a posibilidades de protección... con un juego de friends/fisus debería ser suficiente. Nosotros llevamos 6 tornillos de hielo también, pero prácticamente fueron de paseo. Además hay muchos pitones, e incluso parabolts a lo largo de todo el recorrido.


Comenzando alguno de los largos

Arizio escalando

Para finalizar llegamos al colladito de la aguja Jean Sante, en el que el día nos regala unos rayos de sol y un mar de nubes maravilloso como colofón final a la actividad. Desde aquí toca realizar una travesía un poco aérea por una campa de nieve, para después seguir destrepando por la canal del fondo hasta la primera instalación de rapel (5 clavos y cordinos variopintos). Desde aquí hasta el suelo, sin salirnos de la canal vamos enlazando todo el rato estos rapeles típicos del Midi.


Yo en el collado

Rapelando

Bajando hacia el refugio

Nos vamos

Desde aquí me gustaría hacer una mención especial para Karles y Urko; hace ya muchos años, cuando juntos nos iniciábamos en esto del alpinismo, realizamos una incursión a este corredor. En aquella ocasión el Midi nos ofreció su cara menos amigable y se nos cayó media montaña encima, obligándonos a improvisar una curiosa retirada. De todo se aprende.

Por supuesto un fuerte abrazo también para mi gran compañero de cordada, la verdad que la jornada ha ido sobre ruedas y ¡esperemos que sea "la primera" de otras muchas!

Dejo un corto vídeo de la actividad, a ver si os gusta: