La historia que hay detrás de esta apertura es bastante curiosa. Se trata de una línea que yo llevaba años mirando todas y cada una de las veces que subía aquí a escalar. Cierto día comentándolo con Mitx, sorprendentemente, me dijo que él también se había fijado hacia tiempo en ese mismo recorrido. De pronto el objetivo estaba claro; teníamos que ir a abrirla juntos.
Pasando por debajo, siempre me habían llamado poderosamente la atención unos viejos parabolts que llevo viendo toda la vida en unos techos con bolas y chorreras muy desplomadas. Sabía que se trataba de un antiguo intento y que en la actualidad se encontraba olvidado y abandonado. Nosotros sin embargo queríamos intentar buscar una línea más "amable" y a ser posible que fuéramos capaces de abrir desde abajo y en libre. Es por esto que decidimos esquivar estos severos desplomes unos metros más por su derecha, comenzando por un nervio en el que conseguimos emplazar dos parabolts para proteger los primeros movimientos, más un tercero para evitar una potencial caída al suelo.
Superado esto, el siguiente objetivo era alcanzar las dos fisuras paralelas, desplomadas y preciosas que se encuentran a unos 25m de suelo. Continuamos escalando siguiendo el diedro y ahora ya sí, todo con seguros flotantes. Justo en la base de las fisuras divisamos un pitón roñoso junto a un árbol. Fue como un auténtico jarro de agua fría. Lo triangulamos con el arbolito y descendemos hasta el suelo. Después de varias llamadas, terminamos hablando con Kepa. Este nos comenta que hace muchos años, Pablo Quintana y él habían realizado un intento (suyos eran los parabolts de la parte inferior) y habían montado una primera reunión en ese mismo clavo del que nosotros nos habíamos bajado. Muy a nuestro pesar, finalmente decidimos retirar las tres chapas, recoger las mochilas y abandonar nuestra empresa.
Pasados unos meses y de charleta entre cervezas, surge la idea de regresar los tres juntos y de esta manera poder intentar abrir esta misma línea que tantas miradas amigas ha acaparado a lo largo de los años. Mitx y yo después de una incursión exprés a la norte del Dru decidimos darle otra oportunidad. Hablamos con Kepa y a la vuelta de Chamonix regresamos a Ranero.
Volvemos a colocar esas tres chapas en su sitio, seguimos por el diedro primero y las fisuras después, y finalmente alcanzamos la R vieja de dos parabolts situada a unos 45m del suelo. Nos encontramos debajo de la placa amarilla y las barrigas que tan fácilmente pueden apreciarse desde el suelo.
Sin llegar a entrar de lleno en la placa, poco a poco vamos progresando por su derecha. Alternamos friends y fisureros con algún clavo y algún expansivo. Travesía hacia la izquierda para encarar las panzas marrones repletas de cantos. Otro parabolt más para proteger el desplome y desde aquí hasta el final de la pared en el que montamos la reunión de nuevo sobre friends.
Todo ha salido a pedir de boca. Rapelamos por el descargadero y regresamos a pie de vía. A pesar de que pega el sol, no queremos irnos sin encadenar el primer largo, por lo que nos motivamos y le damos un pegue.
TIENDA
Translate
Sígueme en RRSS