A pesar de haber visitado los mallos hace tan solo una semana, este pasado domingo hemos vuelto a esta pequeña localidad oscense para escalar una de sus líneas más internacionales; La Fiesta del Biceps. Se trata de un proyecto del que Raúl y yo ya habiamos hablado hacía tiempo, siempre lo teníamos en mente, pero por un motivo u otro nunca encontrábamos un hueco para realizarlo.

Comentarios de compañeros que la habían escalado, reportajes leídos y releídos en Internet y la gran fama mundial del increíble patatal que había en los largos superiores de la La Visera han conseguido que, por fin, y de una semana para otra, Raulzio y yo hayamos decidido situarnos a los pies de la pared y levantar la cabeza hacia atrás siguiendo la línea blanca de magnesio que se aprecia desde muchos kilómetros a lo lejos.

Croquis de La Fiesta del Biceps

Tomando unas cervezas y viendo ganar al Athletic en el bar del pueblo, poco a poco nos va entrando el sueño de modo que enseguida nos echamos a dormir. Al día siguiente después de un copioso desayuno, preparamos el material; la verdad que no había mucho que organizar, hemos decidido ir en estilo cápsula, es decir, lo más friki posible: cuerda simple, un grillo, un reverso y 14 chapas, todo lo contrario que Xabi y Jordi, los cuales cargaron con unos buenos petates... jajajaja. Llegamos los 4 al pie de la Visera y empezamos a escalar. Jordi y Xabi se meten en la Mosquitos mientras que nuestra vía comienza unos metros más a la izquierda.

El primer largo de La Fiesta del Biceps (6b) en realidad se trata de dos largos que se hacen del tirón. Comienza por un diedro muy evidente. En la parte final de este y a su derecha hay una reu con 3 spits, nosotros pasamos de ella y tiramos otro largo más hasta llegar a la segunda R del recorrido (primera para nosotros).

Yo en los primeros metros de la vía

En cuanto al grado, el segundo largo es el más duro de la vía. Se trata de un 7a de ñapitas pequeñas en las que hay que cerrar bien de dedos para ir progresando poco a poco hasta llegar a la reunión. De momento ni rastro del famoso patatal...

Marcando biceps en la segunda reu de la Fiesta, ¡cómo no!

A partir de aquí ya empieza la pared a echar para atrás (aunque de momento tan solo ligeramente), poco a poco comenzamos a ver los bolos cada vez más grandes, tanto en la propia vía como a ambos lados de esta. Estamos en el tercer largo, cotado de 6c.

Raúl y yo en La Visera

Poco a poco empieza a desplomar

El cuarto largo es un 6b+ en el que el desplome ya se va notando. Asimismo, las grandes y características presas rigleras afloran como de la nada. Ahora ya sí que estamos metidos de lleno en la bolera que nos acompañará hasta casi la cima de La Visera.

Yo en el 6b+

Al igual que en El Vuelo del Dragón en la este del Picu, toca sacar la cámara para hacer un rato el mongolo y aprovechar para autorretratarnos; hacía mucho tiempo que no escalaba con este mangarrán y ya teníamos ganas de juntarnos.


Continuamos escalando por el desplome. Quinto largo (6c). Puede ser que suene repetitivo, pero es que la verdad que el espectáculo geológico de esta vía es alucinante, vaya patatal, parece que está simplemente hecho para ser escalado.

Raulín dándole al 6c

Sexto largo (6c+), el más bonito de la vía. Puede que efectivamente no sea para nada tan técnico como el 7a de abajo, pero es sencillamente espectacular. El largo surca un extraplomo más que considerable en el que más vale que vayamos bien de conti si no queremos pegar unos buenos cañonazos. Yo personalmente he de confesar que le entré bastante nervioso puesto que venía encadenando desde abajo y no quería joderla a falta de dos largos para salir por arriba. Comienzo a remar de bolo en bolo, volando pies y remando de nuevo. Casi arriba del todo empiezo a notar como el dichoso ácido láctico poco a poco se va a apoderando de mis antebrazos, pero finalmente y después de un par de chillidos consigo llegar a la reunión con una inflada bastante curiosa, como se notan ya los metros que vamos dejando por debajo...

Desde aquí hasta la cima nos restan dos largos, uno de 6a+ y otro de III, de modo que en esta ocasión volvemos a empalmarlos para así concluir y tachar de una vez por todas la gran Fiesta del Biceps, buenísima.

Cumbre de La Visera

Como comentarios a añadir de la vía, no hay mucho más reseñable más que lo típico: completamente equipada con parabolts, en algunos puntos puede que alejen un pelín, pero sin compromiso. Las reuniones son todas colgadas, incómodas, para que nos vamos a engañar, pero de verdad que merece la pena subir por ahí y disfrutar de este regalo riglero en todo su esplendor.

Muchas gracias a Jordi y Xabi por las fotacas que nos hicieron desde la Mosquitos, guapísimas. Da gusto conocer y escalar con gente a la que también le apasiona la montaña tanto como a nosotros, ¡vaya dos titanes! 

Aquí dejo unas fotillos de la otra cordada, con la que espero coincidir en nuevos proyectos alpinos ;)

¡Un abrazo chavales!