Volvemos a Picos. Si el Naranjo es su rey, Peña Santa sin duda es la reina; ¡vaya pared, vaya montaña!
Cara sur de Peña Santa
Primera visita para Koldo y para mi a estas paredes. Habíamos oído siempre maravillas de sus líneas, pero por fin hemos decidido acercarnos a probarlas, la vía elegida en esta ocasión es Reino de León, una joya oculta en este murallón de roca caliza.
Croquis obtenido de la guía de Peña Santa de Átate
A eso de las 4 de la tarde del viernes salimos Koldo y yo de la gasolinera de Ugaldebieta y, previa parada en Unquera para meternos medio palmerón de chocolate entre pecho y espalda, a las 20:00h estamos preparando las mochilas y enseguida pateando por Vegabaño. No conocemos la aproximación y tenemos entendido que para subir hasta Vegahuerta hay un señor pateo. Efectivamente, unas 2h40 más tarde y con las piernas echando chispas nos encontramos en el refugio; una pequeña cabañita de piedra que cuenta con 4 literas de cemento, una mesa y dos bancos. Cenamos a la luz de una improvisada fogata portátil en compañía de dos compañeros gallegos que allí encontramos y tras intercambiar algunas vivencias nos metemos al saco.
Selfie en mitad del pateo
A las 7 del sábado suena el despertador. El sol aun no ha salido, no conocemos la aproximación a la pared, pero queremos partir con las primeras luces del día. Desayunamos y en cuanto el cielo comienza a aclararse nos acercamos a la sur de Peña Santa. Nuestros compañeros se van de ruta.
Según el croquis existen dos entradas para escalar el Reino de León, nosotros optamos por la variante de la derecha, la que nos parece más atractiva.
Calzándome los gatos a pie de vía
A pesar de que la línea es bastante evidente y es complicado perderse (quizá la parte final sí que pueda ser algo más liosa), a continuación una breve descripción de los largos, según nuestras impresiones personales:
Largo 1 (V):
Comenzamos escalando un diedro muy obvio hasta una reunión de dos spits. Largo completamente limpio.
Largo 2 (6a):
Se sigue la línea del diedro por una fisura bastante ancha hasta una R de dos spits de nuevo, justo debajo de un techo y un pelín a la izquierda. Largo sin seguros fijos también.
Largo 3 (6b):
Desde la reu salimos recto hacia arriba por el diedro-fisura unas veces y otros ratos por la placa de la izquierda. Roca muy buena y largo 5 estrellas. Limpio de nuevo.
Foto de cordada en la R3
Largo 4 (V+):
Desde la R salimos hacia la izquierda y tras pasar el hombro ya no vemos al compañero. Continuamos por la rampa ascendente hasta una R de dos clavos o si avanzamos unos metros empalmamos con la entrada de la izquierda. Lo mismo da.
Largo 5 (6a):
Se trata de un corto muro vertical protegido por dos spits, fácil y de buen canto hasta la reu de otros dos spits. Si hemos montado la reunión anterior sobre los dos clavos nos tocará realizar una travesía antes de empezar a escalar "hacia arriba" (nuestro caso).
Largo 6 y 7 (V+):
Desde los dos spits en los que nos encontramos progresamos hacia la izquerda en busca de una chimenea muy clara. Según vamos ganado metros, vamos virando con tendencia a la derecha, siempre buscando lo más fácil hasta llegar al inicio de una canal.
Largo 8 (II):
Zona de transición hasta llegar a un parabolt sobre el que montaremos la reunión de cara al siguiente largo. Lo hicimos desencordados.
Largo 9 (6b):
Muro alucinante lleno de canalizos. Los pasos están protegidos por algún parabolt ya que la morfología de los tubos de órgano no permite colocar seguros flotantes en las secciones más duras (al menos yo no metí nada). La verdad que a pesar de contar con expansivos a ambos nos pareció bastante obligado y durete. Hay que escalar fino las secciones más verticales. Eso sí, tirada preciosa, sin duda.
Yo al inicio del mar de canalizos
Largo 10 (6a+):
Otro largo maravilloso, en esta ocasión algo más plaquero que el anterior, cuenta con más seguros fijos, pero los movimientos sobre esta caliza son espectaculares. Reunión a la izquierda.
Largo 11 (6a):
Se trata de la famosa tirada conocida como Laja Camello. Una corta travesía protegida por un parabolt hasta llegar a una gigante fisura que nos va a pedir piezas grandes en su gran mayoría: se equipa a placer. Al loro porque en la entrada a la repisa en la que montaremos la R hay un gran bloque suelto que antes o después se caerá de ahí... Reunión sobre un puente de roca.
Yo en la travesía de Laja Camello
Largo 12 (V+):
Otro muro lleno de canalizos completamente limpio. Escalada placer.
Koldo escalando los tubos de órgano
Largo 13 (6c+/A0):
Aquí llega el largo de la vía. Habíamos leído que se trataba de un 7a duro, que a pesar de contar con algunos parabolts salía 6b+ obligado. Comienzo a escalar por la vertical placa, con los pies muy en adherencia y casi todas las presas invertidas. Finalmente y después de apretar más de la cuenta, me caigo... no solamente me caí, si no que después de 3 chupinazos más en el mismo paso me veo obligado a meterle una pedaleta para poder continuar de nuevo en libre hasta la R de spit y clavo. Largo recio, recio de cojones. No sé si es porque ya empiezan a pasar factura los metros acumulados, pero a ambos nos hizo sudar la gota gorda, todo sea dicho.
Largo 14 (6a+):
Esta zona ya empieza a ser un poco menos evidente. Nosotros escalamos en travesía ascendente a izquierdas hasta una canal y desde aquí hasta un parabolt con argolla que utilizaremos de R.
Largo 15 y 16 (V+):
Comunes con su vía vecina Rescate Emocional. Se trata de un murete de canalizos con una fisura que se protege muy bien. Se atraviesan unas terrazas y termina en una rampa de IV grado muy fácil hasta llegar a las viras de III. Reunión a montar.
Largo 17 (III):
Unos 100 o 150m de viras y rampas sencillas que nos dan acceso a la arista cimera. Continuamos en ensamble todo el rato hasta la cumbre de Peña Santa.
Foto de cima a 2596m
¿Cómo se baja de aquí? Sabemos que el descenso implica bastante compromiso. Por lo que teníamos entendido el regreso al refugio de Vegahuerta son unas 4h e implica destrepes por la cara norte, rapelar la canal estrecha y bordear toda la montaña hasta volver a salir de nuevo a la cara sur. Son las 18:30h, por lo que contamos con 1h30 de luz, 2 como máximo. No asumimos el riesgo de bajar sin conocer el camino de vuelta, y como ya veníamos concienciándonos en los últimos largos nos jamamos un vivac de libro en la cumbre de Peña Santa.
No tenemos agua (yo le he dado el último trago a mi cantimplora antes de las viras de III y Koldo se ha quedado seco también antes del largo duro). Tan solo contamos con 3 barritas de cereales que optamos por ahorrar para desayunar al día siguiente, por lo que después de unas buenas sesiones de fotos preparamos nuestra "cama" para esta noche. La verdad que empieza a oscurecer y pasamos del calor agobiante de la cara sur a un rápido descenso de la temperatura hasta que el reloj nos marca los 4ºC. Sopla bastante viento y no tenemos nada con lo que refugiarnos. Menos mal que el buen humor y el cachondeo nos ayudan a sobrellevar la noche, porque lo que es dormir, no conseguimos dormir mucho...
De colchón las cuerdas y los gatos de almohada
En cuanto las primeras luces del día comienzan a asomar en el horizonte comemos una barrita cada uno para desayunar y tras calentar el cuerpo emprendemos el camino de bajada.
Precioso amanecer sobre un mar de nubes
Intentamos derretir con las manos el hielo que se ha formado durante la noche, para poder beber algo pero no somos capaces.
Ya nos bajamos
Posando en la cumbre
Para bajar hay que seguir unas marcas amarillas algo difusas al principio y bastante más visibles después (imposible haberlas encontrado con el frontal) hasta que llegamos a la canal estrecha que cuenta con reuniones a cañón para rapelar.
Rapelando
Una vez terminado este tramo continuamos hacia abajo hasta el nevero perpetuo por el que cruzamos hasta un colladito que nos da acceso al otro lado del monte.
Koldo atravesando el nevero
De nuevo encontramos más marcas amarillas y unas 4h15 después llegamos completamente deshidratados hasta el punto de partida. No hay agua, mierda. Existe una surgencia pero está seca y el agua estancada que hay en los charquitos tiene pinta de hacernos más mal que bien, por lo que comemos algo de chocolate que tenemos en la mochila y emprendemos el camino de vuelta al coche, otras 3h con un sol de justicia azotándonos en la cabeza. Nos despedimos de Peña Santa, magnífica experiencia, volveremos.
Fuente del Frade; creo que ninguno de los dos olvidaremos jamás este momento, jaja. Un fino hilillo de agua cae y llenamos las cantimploras. Nos dio la vida. Después de unas 21h aproximadamente sin beber nada de líquido continuamos el regreso con las pilas ya recargadas y casi corriendo hasta de nuevo llegar a Vegabaño.
Koldo bajando la canal del Perro
Llegando al coche
Bajamos a Soto de Sajambre y nos disponemos a tomar una cerveza en el bar del pueblo. Sacamos el resto de comida que nos quedaba y como auténticos lobos devoramos jamón, queso, salchichón y todo lo demás. Montamos en el coche y vuelta a Bilbo con una maravillosa vía en el bolsillo.
Vamos a por la cerveza de la victoria
Para ambos ha sido la primera vez en picar vivac a pelo, en estas condiciones, sin saco, sin esterilla, sin agua, sin comida y sin nada. A pesar del frío y el viento los dos lo hemos sobrellevado bastante bien y no hay mal que por bien no venga, otra experiencia más que nos llevamos y la verdad que le ha dado ese puntito de aventura que tanto nos gusta. Nos quedamos con los 600m de una pedazo de vía como el Reino de León, una prestigiosa montaña de los Picos de Europa como es Peña Santa de Castilla y sin duda los buenos momentos pasados durante el fin de semana. Un placer escalar con Koldo, como siempre.
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