PERESTROIKA CRACK | SLESOVA PEAK

Ya llevábamos algún tiempo con la idea en mente, y por fin este mes de julio nos hemos juntado una buena cuadrilla de motivados para marchar de expedición a la zona del Karavshin en Kirguistán. Concretamente al valle del Ak-Su situado en el macizo del Pamir.

A estas montañas se las conoce con el sobrenombre de "la Patagonia Asiática" y no es para menos. No solo por sus verticales y largas paredes de granito, si no por la meteo tan inestable que las caracteriza.

El objetivo principal del viaje era escalar su línea más internacional: la Perestroika Crack. Una sucesión de fisuras y diedros que surcan los muros de la imponente Slesova Peak, también conocida como Torre Rusia. A lo largo de sus 1000m de recorrido nos va a pedir emplear todo nuestro repertorio de empotres de palmas, puños, cerrojos de dedos, adherencias y arrastradas dentro de los off-widths; una auténtica joya para la escalada en libre y que nos dejó con muy buen sabor de boca.

Arizio, Mitx y yo en la cima de la Torre Rusia (4240m)

Mitx y yo en la Perestroika

Mitx saliendo de uno de los off-widths

En el vivac

Cenando con las últimas luces del día

Arizio preparándose para dormir

Con Unai y Joseba. Unos suben y otros bajan

Dejo aquí una reseña orientativa hecha por Arizio con nuestras apreciaciones personales. Nosotros escalamos la vía en un total de 18 largos y con vivac a mitad de la pared, justo debajo del off-width. En muchos puntos del recorrido decidimos salir en ensamble realizando tiradas de 70-80m saltándonos reuniones para montarlas sobre friends/fisus en zonas que nos parecían más convenientes. Para descender se supone que se baja andando por la canal de la cascada pero debido a las tormentas esa bajada no nos parecía del todo segura, de modo que optamos por rapelar la vía entera (rápeles desde clavos, fisureros empotrados y bloques lazados); hay que andar muy al loro con los enganchones de las cuerdas, ya que se lía con tremenda facilidad.

Croquis de Perestroika Crack, tal y como nosotros la escalamos

Sin embargo no todo iba a ser de color de rosa. Durante las primeras semanas el tiempo que tuvimos fue bastante desastroso. Las intensas tormentas que nos asediaban todas las tardes nos hicieron retirarnos de varias vías en más de una ocasión; llegar de nuevo al campo base completamente empapados estaba convirtiéndose ya en una tradición y poner a secar el material y la ropa a la mañana siguiente formaba parte de nuestra rutina. Otros días por el contrario, los aprovechamos para abrir unos cuantos bloques cerca del campamento, pegarnos pateos hasta el valle contiguo (Kara-Su) o subir río arriba para conocer las montañas que hacen frontera con Tayikistán.

Pasados por agua

Secando el material

Un poco de boulder antes de que llegue la tormenta

Con Tato y Mitx en los primeros largos de la American Way

Txino, Arizio, Ekaitz y yo de vuelta del Kara-Su

Tardes de hípica

Desde aquí me gustaría mandar un fuerte abrazo a toda la gente con la que he podido compartir esta experiencia, algunos ya viejos amigos y otros a los que he tenido la gran suerte de conocer allí: Unai, Joseba, Ekaitz, Txus, Txino, Tato, Antton, Goren, Mitx y Arizio. Hemos formado una gran familia y esto sin duda ha ayudado a que todo vaya sobre ruedas. Esas tardes de póker no se olvidarán tan fácilmente... un puto placer ;)

Foto de equipo

También un saludo para la cordada madrileña formada por Carlos Suárez, Carlos Ortiz y Jaime Merino, que a pesar de su retirada a falta de pocos largos de la cumbre, sé con certeza que pudieron finalmente subir a la cima de la Torre Rusia en otro intento posterior. Felicidades además por ese salto desde el vivac de la Perestroika, un placer poder vivirlo tan de cerca y casi en primera persona.

Carlos saltando

Desde luego que ha sido una grata sorpresa conocer Kirguistán. Sus gentes, sus costumbres y sus imponentes montañas lo convierten en un destino ideal para tener muy en cuenta. Quien sabe si no volveremos en un futuro de visita de nuevo por estas bellas tierras...