Teníamos ganas de conocer la pared del Luparé, así que nos dirigimos hacia la Fuenfría, siguiendo la pista que parte desde Saravillo. Queremos ir a la nueva vía abierta por Albert, el Tato, Ester y Claudio: El Vol de l'Home Ocell, recién salida del horno y con el polvo del taladro aún caliente.

Sin mucho madrugar, nos despertamos y preparamos el desayuno en la furgo. Sobre las 9am comenzamos la aproximación a la pared, que en unos 30min nos deja a pie de vía.

Cogiendo fuerzas por la mañana

Yo subiendo por la pedrera

Echamos a suertes y de nuevo le toca comenzar a Mitx. Desde el suelo divisamos las primeras chapas y allá que vamos. A pesar de que en las tiradas de abajo la roca es bastante dudosa y hay que escalar con tiento para no salir disparados, nos vamos alternando los largos y ganando metros a muy buen ritmo.

Mitx al comienzo del L3

Vamos a encontrarnos con bastante chapas a lo largo de todo el recorrido, pero muchos de los pasos vamos a tener que protegerlos también con seguros flotantes. Nosotros fuimos con un juego de fisus, un juego de Totem y otro de Camalot hasta el 3.

Yo escalando el cuarto largo

Protegiendo en los primeros metros del quinto largo

Mitxi recuperando el L6. Sencillamente brutal

Ambos coincidimos en que la séptima tirada, la de justo antes de llegar a la vira, es la más severa de todas. Los dos fuimos capaces de encadenar este largo, pero no sin pelear de lo lindo y apretar bien los dientes.

Llegamos a la vira. Comemos algo, bebemos agua y como todavía le está dando el sol a los largos de la parte superior esperamos a pie de pared hasta que por fin entra la sombra. Continuamos la escalada gozando con la calidad de la roca y la belleza de los movimientos.

Cuando estamos en la anteúltima reunión (R11) se pone el sol y se nos hace de noche. Sacamos el frontal y Mitx se dispone a atacarle al último largo. Cuando por fin termina, decidimos que directamente baje de nuevo, de tal manera que yo no escalo los últimos 30m de la ruta. Idiota de mí que he venido sin frontal...

Bajando de El Vol de l'Home Ocell

Rapelamos en la más profunda oscuridad y bajamos caminando por la vira a la luz del frontal de Mitx y yo con la linterna del móvil. Después de perdernos, subir, bajar y arrastrarnos entre los matorrales, por fin regresamos de nuevo a pie de vía a recoger la mochila que hemos dejado allí y finalmente vuelta a la furgo.

La verdad que la vía nos ha gustado mucho. Lo hemos pasado en grande subiendo por estos muros y disfrutando de la aventura. Como bien he mencionado, la calidad de la roca en algunos tramos (sobre todo en la parte de abajo) es bastante mediocre, por lo que tendremos que estar con los cinco sentidos bien puestos y nos despistarnos para no fallar. Mitx consiguió encadenar la ruta entera a vista, mientras que yo pinché saliendo del desplome del L11 y dejé el último largo sin hacer por falta de luz.

Desde aquí me gustaría dar la enhorabuena a los aperturistas y en especial mandarle un fuerte abrazo al Tato, al que le dijimos que le íbamos a llamar y al final nunca lo hicimos... no tenemos arreglo.

Dejo aquí el croquis obtenido directamente del blog de Albert. Tal y como dice él con los grados aún provisionales. Muchas gracias ;)

Reseña de de El Vol de l'Home Ocell