La semana pasada Ekaitz y yo nos acercamos a Gavarnie para intentar abrir una línea nueva en la cara sur del Casque de Marboré. A pesar de que nos encontramos a mediados de junio, es sorprendente admirar la cantidad de nieve que queda todavía en las cotas más altas del Pirineo.


A excepción de unos pocos kilómetros al inicio del recorrido, realizamos la aproximación con los esquís casi en su totalidad hasta arriba del todo.


Foqueada veraniega


Ekaitz llegando a Serradets


Atravesando la Brecha

La vía comienza por un diedro muy claro entre las vías "Los Placeres Pirenaicos" y "Arkaitz, izenez eta izatez". Este primer largo (6c) albergaba una gran incógnita porque no sabíamos en qué condiciones lo íbamos a encontrar. A primera de hora de la mañana cae algo de agua por su parte izquierda, pero el diedro en sí se encuentra bastante seco y nos permite poco a poco ir progresando. En algunos tramos nos vamos a encontrar con roca dudosa y cantos inestables que se encuentran empotrados los unos con los otros. Sanemos bastante y el resultado final creo que es más que aceptable; con un total de tres parabolts en los 45m conseguimos montar la R1 en una cómoda repisa.


Vista subjetiva del primer largo


Ekaitz en la primera reunión

El segundo largo (6a) parte de la reunión hacia la izquierda, superando un canalizo de una roca gris maravillosa. Tras atravesar una serie de terrazas, dos clavos nos marcan el camino a seguir, para finalmente montar la R2 justo a la izquierda de los grandes techos.

Yo comenzando el segundo largo

Selfie en la R2

El tercer largo (6b+) parte recto desde la reunión hacia arriba en busca de los cantos que tenemos sobre nuestras cabezas. Muy vertical en los primeros metros, nos ofrece una escalada preciosa en placa que a priori parece poco protegible, pero que nos sorprende por la posibilidad de colocar un montón de protecciones en una roca de altísima calidad. Un pitón a medio recorrido más o menos indica el camino a seguir.

Ekaitz en el inicio del tercer largo

Tercera reunión

El cuarto y último largo (6c) discurre por el gran canalizo característico que tenemos encima, ¡parece que estamos escalando en Picos! Hemos traído friends hasta el #3 de Camalot, pero perfectamente hubiéramos sido capaces de pasar con tallas grandes como el #6 o incluso mayores. El canalizo chorrea agua por doquier, por lo que lo protegemos con algunos parabolts por la derecha intentando evitar la inevitable ducha de agua. Conforme continuamos subiendo, el río que cae desde los neveros superiores es cada vez mayor y la chimenea lógica se encuentra completamente anegada. Es por esto que decidimos salirnos hacia la derecha en busca de roca seca (un parabolt indica el camino).

Espagat para conseguir poner la primera chapa

Empotrando rodillas en el canalizo

Completamente empapado mientras intento taladrar el tercer bolt

Nos salimos a la derecha para esquivar el río vertical que cae por la chimenea

Ekaitz recuperando el largo

Cuarta y última reunión ¡se acabó!

Este es el final de la vía. Desde aquí existen dos opciones para bajar:

  1. Subir hasta la cumbre del Casque de Marboré y bajar caminando por su vía normal.
  2. Rapelar la propia Sugar Mountain, ya que la reuniones se encuentran preparadas para ello.
Rapelando

Después de sufrir algún enganchón inesperado y recibir alguna que otra ducha más durante nuestro descenso, finalmente regresamos al suelo, donde recogemos todo el material, cambiamos los pies de gato por las botas y bajamos esquiando de nuevo desde la Brecha de Roland hasta casi casi la entrada a la oeste del Taillón, donde finalmente ya nos calzamos las zapatillas.

Ekaitz esquiando bajo las cascadas del Taillón

Gavarnie nos regaló un maravilloso atardecer

En conclusión, Sugar Mountain se trata de una vía muy estética y sencilla que creo que con el tiempo podría llegar a convertirse en una escalada clásica de la zona; ha resultado ser más fácil de lo que teníamos pensado. La roca es brutal y el paraje... qué más puedo añadir: simplemente subir hasta aquí y disfrutar de la esquiada final ya ha merecido la pena, incluso si no hubiéramos podido escalar.

Desde aquí un fuerte abrazo para mi compañero, siempre motivado, fuerte e incombustible. Ambos estamos contentos con el resultado y más le vale a la persona a la que está dedicada la línea que vaya rápido a probarla... jajaja, otro fortísimo abrazo también para él, por supuesto.

Croquis de Sugar Mountain